viernes, 9 de septiembre de 2016

Qué pena que yo no pueda nombrar esta ciudad...

Qué pena que yo no pueda nombrar esta ciudad
como si fuera mi patria conocida
y qué pena que no pueda
recordar la lujuria de los vientos
en la línea sur de esta provincia

Veo esta plaza callada y
escucho el trinar de las mañanas
contándose los sueños de anoche
restos diurnos de viajes a otros tramos
de este valle qué lástima
que allá por donde andan las piedras rodadoras
no fui a correr sin alcanzarlas

pero qué suerte que desde la ventana
veo la plaza girando sobre su eje

alrededor del sol

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