Como aquella
que eternamente
devora las
entrañas
del que gime
condenado en
las rocas
el tiempo
devora
entrañas
y deja restos
de vísceras
de tejidos
blandos
de huesos que
suenan
en un
instrumento andrajoso
que la
inquietante noche
obliga a
ejecutar
como
la sombra de
aquel águila
en este cuerpo
tembloroso
el miedo final
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