Estoy pensando
pero me duermo
en mi mesa de trabajo
la otra mesa
está vacía
y el fulgor de
nuestras miradas
que se cruzan
filo contra filo
va a ir a
parar al manicomio
si tuviéramos
hijos
cruzarían sus
ojos de diamante
y levantarían
al aire las espadas
ellos también
para clavarlas
en el vientre del hambre
pero estamos
aquí
ambicionando
rayos de plata
colores
primarios en cada transparencia
que nos hagan
ver menúes extraordinarios
vos y yo en la
mesa de trabajo vacía
en la mesa de
la cocina vacía
con los
cuchillos preparados
convencidos
tan convencidos
de llegar al
corazón del diamante
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