En la palma de
la mano
el pelaje
suave de una yegua
cabalgando lo
llano
que galopa
sílaba por
sílaba
sílaba por
sílaba y se
vuelve
que arremete
que
se yergue y
grita y
se apacigua al
trote
al paso
delicado de los
cascos en
danza
es la Pegaso en el aire
encabalgada en
los sones
de las sílabas
aladas
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