En que "somos flecha lanzada". Ese absoluto bien
arriesgado por una poeta nos determina. Pero qué hay en el lugar donde la
flecha cae. ¿Nacimiento? ¿O muerte? Lo seguro es
que no hubo un camino sino maraña. Luz pero filtrada. Indefectiblemente la
flecha declina y cae. He ahí la zozobra y no la calma. El temblor. La
disidencia. Una ferocidad en el lugar, en el aire a respirar. Una crueldad
sobreviviente. Encuentra el alguien el destino que le creó a él la flecha. Y
aprende. Y puede por primera vez abrir los ojos. ¿Para qué están preparados
esos ojos? La luz los daña, la noche los retrae y la penumbra no existe. La
fealdad o la belleza del drama es inminente.
Allá por 2015
Allá por 2015
què bueno! un honor estar ahì en tus palabras
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